Antonia Castro. Estudiante Educación Básica UFT
Hasta el instante en que el doctor terminó de decir esas frías palabras, nunca antes me había sentido tan desorientado, todo tipo de preguntas me inundaron súbitamente, pero recuerdo que no fui capaz de decir absolutamente nada, sólo me quede allí, sosteniendo mi cuerpo, sufría de una cardiopatía isquémica y necesitaba un trasplante de corazón para seguir viviendo, acababa de cumplir 21 años y no era esto lo que esperaba escuchar, en verdad creo que nadie se ha planteado que algo así te podría suceder, pero en ese momento esa posibilidad remota y distante, se volvió de pronto mi nueva realidad y lo quisiera o no, la debía enfrentar. Un profundo silencio lleno aquella habitación, mientas sentía como las paredes me oprimían, me sentí tan indefenso y no negaré que tuve miedo.