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La deshumanización de la salud

12 agosto, 2016

POR MICHELLE ZEPPELIN, ESTUDIANTE DE MEDICINA UFT

Es innegable que los tiempos cambian y que las relaciones son dinámicas, y que esto hace que la atención de un médico a un paciente conlleve modificaciones de acuerdo a la cultura en la cual nos situemos. Lo que no se altera es la dignidad intrínseca que existe en el ser humano, y muchas veces un saludo, una sonrisa, una mirada del médico puede generar una atención completamente diferente aunque sea de 15 minutos.

¿Qué creemos de la salud en Chile? Si hablamos de la deshumanización de la salud, nos referimos a la atención que se vuelve más despersonalizada y centrada en ser eficiente pero no integral.

Es el proceso mediante el cual los individuos son despojados de las características humanas, de su valoración ética.

¿Es el paciente una persona o una enfermedad? Estamos más bien, frente a un  único paciente con una única enfermedad, y este paciente es una persona irrepetible.

La relación que establece un médico con un paciente es un vínculo, que ha tenido distintas opiniones sobre cómo sería el ideal, pero más allá de esto, esta relación es la base para que exista y se forme ese vínculo entre una persona que requiere la ayuda de otra.

El reduccionismo de la atención actual que se ha apoyado en la tecnología y ha dejado de lado el valor de la comunicación, del escuchar a la persona que se tiene en frente, ha hecho que los mismos pacientes sientan menos confianza de su médico, y ha contribuido a deshumanizar la salud.

Si pensamos en un paciente hospitalizado, ¿es este un diagnóstico, un número de cama? Se ha olvidado el centro de lo que significa ejercer la medicina; ciertamente que una atención de calidad es un elemento importante pero además es importante pensar a quién va dirigida. Cada atención de salud ya sea  la pública o privada tienen el mismo objetivo, busca mejorar el “bienestar completo de la persona”, pero ¿es lo que en esta época se esta realmente haciendo?  Se sabe que el deseo de un médico es encontrar una cura cuando el paciente posee una enfermedad. Sin embargo,  se ha perdido la forma, ya que, para llegar a ella, son vitales los pasos previos que se deben dar para alcanzarla, y estos pasos, van en busca de volver a entregarle su valor humano al paciente .

Es innegable que los tiempos cambian y que las relaciones son dinámicas, y que esto hace que la atención de un médico a un paciente conlleve modificaciones de acuerdo a la cultura en la cual nos situemos. Lo que no se altera es la dignidad intrínseca que existe en el ser humano, y muchas veces un saludo, una sonrisa, una mirada del médico puede generar una atención completamente diferente aunque sea de 15 minutos. Desgraciadamente es  el tipo de  sociedad en el que vivimos el gran culpable de la deshumanización de la medicina.  Le hemos dado importancia a adquirir solo habilidades  intelectuales para ser extremadamente competentes en un área de la medicina, pero han quedado atrás las habilidades para saber  tratar a quien atenderemos. Aspectos tan básicos como los señalados anteriormente desde solo saludar a la persona que ingresa a la consulta puede transformar la forma en que el paciente comunica su malestar al médico, incidiendo esto en la capacidad del médico para diagnosticar solo con la historia que el paciente relata.

En esta sociedad hemos mal utilizado la tecnología y hemos perdido la seguridad en las capacidades y conocimientos que se tiene como médicos. Esto ha generado que se pidan excesivamente exámenes, que el médico se concentre más en llenar un formulario en el computador que observar al paciente, que se mire la hora para no retrasar la cantidad de pacientes que se debe atender por día y que en fin se quiebre  la relación médico-paciente.  Actualmente la persona no va a su médico, va “al médico”,  como mucho sabe su nombre, y quizás sea la única vez que este lo atienda, y que más se puede esperar, si tenemos un sistema de salud colapsado, donde frecuentemente se tiene como respuesta “no hay horas”;  esto traspasa lo público o privado, lo que al final  repercute ineludiblemente en el vínculo que desde los tiempos de Hipócrates se empezó a forjar. Por supuesto, que no es lo mismo atender en un contexto de una consulta médica, que a una persona en urgencia, la segunda requerirá de nuestro máximo y más rápido esfuerzo por descubrir que es lo que padece, pero eso no significa que se nos olvide que el paciente es una persona y no su enfermedad.  A veces solo recordando esto que parece muy simple, hace que la visión y las prioridades que tengamos durante la atención sean otras.

Tenemos que volver a creer en las capacidades propias  que hemos adquirido como seres humanos, desde la comunicación, la empatía, la preocupación por el otro, y también en nuestros conocimientos.

La tecnificación de la medicina buscaba facilitar la búsqueda del diagnóstico, y ciertamente ha ayudado, pero no podemos pedir que reemplace al ser humano. Una máquina no puede ver el real impacto que una enfermedad tiene en una persona, la podrá localizar, incluso tratarla; pero son solo los ojos del médico los que pueden dar una cura integral y tranquilizar.

La humanización de la salud busca una atención oportuna, con calidez humana, que permita transmitir confianza, apoyo y que informe, en donde, un médico le explica al paciente su estado de salud, lo involucra y con esto logra que el paciente salga de la consulta con los conocimientos necesarios para mejorarse.

Al entrevistar a los pacientes  respecto de las expectativas en relación a la hospitalización, las personas que asisten a la atención pública señalan que son consistentes con su realidad de “atención gratuita”, donde no pueden elegir médico ni hospital.  La mayoría refiere que sienten que es de menor calidad que el sistema privado.  Si comparamos con las respuestas de quienes acuden al sistema privado, estos tienen expectativas más altas y exigentes por la posibilidad de elegir al médico con el que se van a atender y porque pagan por la atención[i].

Entonces si analizamos las respuestas de ambos sectores, podemos notar que gran cantidad de las personas relaciona el dinero con la oportunidad de exigir una atención de mejor calidad, y también de tener más opciones de que esta cumpla con sus expectativas.

La sala de espera de la urgencia es otra de las instancias importantes en donde en el sistema público los pacientes sienten que es una espera prolongada, en que falta calidez humana, se percibe como un ambiente frío. En el sistema público, se transa la infraestructura por la humanidad o gentileza de los médicos, las respuestas son más heterogéneas, algunos piensan que la preocupación del médico al paciente es baja, que aunque sea urgencia, ellos esperan que el médico los trate con menos indiferencia, ya que esto ayuda a disminuir la inseguridad y el miedo que sienten al asistir por una patología que lo llevó a consultar a una urgencia.

Respecto a la estadía en sala, se valora la calidez, las visitas diarias de sus médicos, la información de la evolución de la enfermedad y el compromiso del médico con el paciente. Los pacientes le dan mucha importancia a simplemente ver en su sala al médico, ya que esto demuestra que este ha seguido diariamente al paciente, y esto hace aumentar la confianza de este último en su recuperación.

El tema del retardo de la toma de los exámenes en los pacientes del servicio público en sala es un tema secundario para los pacientes pero que varios de ellos mencionan. Creen que podría acortarse su estadía hospitalizado si fueran más oportunos los procedimientos a los que tienen que someterse.

La alimentación también se menciona como algo que se debería mejorar, ya que tanto el tipo de comida como la administración de ella, no es bien evaluada por los pacientes.

La falta de privacidad es otro elemento que perciben en el servicio público como una falta de valorización de ellos como personas. Sin embargo, muchos llegan a la resignación, ya que tienen la mentalidad de que porque no pagan no merecen un servicio digno y no tienen el derecho de pedir algo mejor.

En los usuarios del servicio privado pese a que muchos transan la infraestructura con el trato humano, otros señalan que la empatía del médico y de todo  el personal de salud es un elemento principal, más allá de las comodidades que puedan tener en una clínica.

Que si bien tienen la posibilidad de pagar por la salud, muchos sienten que es excesivo.

Más allá de que tipo de sistema, en ambos casos se valora la relación médico paciente, que los haga sentir personas, que no se crea un dios, que demuestre con sus gestos la preocupación por el paciente. Solo con estas características los pacientes salen de la consulta más esperanzados de su recuperación, tienen mayor adherencia al tratamiento y a los controles. Los pacientes requieren que se practique una medicina más humana, más centrada en las personas, y que reciban un trato digno no acorde a su condición social.

 

Referencias


[1] Marcela Pezoa G. ¿Qué elementos de la atención de salud son, desde la perspectiva del usuario los que más contribuyen a que se sienta satisfecho? Departamento de Estudios y Desarrollo, Superintendencia de Salud.  2012. Recuperado el 12 de agosto de 2016 de: http://www.supersalud.gob.cl/normativa/571/articles-7392_recurso_1.pdf

imagen 1: https://www.disanfac.mil.co/humanizaci%C3%B3n-de-la-salud-deberes-y-derechos-de-nuestros-usuarios