“Hoy, sin embargo, […] el potencial humano emergente ha entrado en conflicto con la estructura binaria de género rígidos. Hemos pasado los últimos doscientos años desmantelando el patrimonio del poder patriarcal, la cultura y el pensamiento. Se han eliminado la mayor parte de la justificación de los roles sociales de género en el trabajo y la familia, lo que reduce la carga de la opresión patriarcal sobre las mujeres.”(ii)
En este margen social es que surge la corriente posgenerista o Posgenderism (en inglés), la cual se basa en la abolición del género dentro de la especie humana a través de la utilización de materias biotecnológicas avanzadas. Los representantes de este movimiento estipulan que la existencia del concepto binario del género ha provocado el surgimiento de roles sociales, estratificación y desigualdades entre el hombre y la mujer, además de la exclusión de los seres intersexuales, trangénero, asexuales y homosexuales por la no concordancia de su sexo y su género.(iii) A modo de ejemplo, se menciona el embarazo, asociado al sexo femenino, que ha originado el concepto de la mujer como figura maternalista, encargada de la crianza, el cuidado y afecto. O en el caso del hombre, el desarrollo de la musculatura como un símbolo de fuerza, virilidad, realizador del trabajo pesado y tareas laboriosas. A partir de este principio, es que los posgeneristas pretenden modificar aquellos aspectos biológicos que han sido los principales causantes de la creación de estereotipos y patrones culturales.
En este aspecto es donde entra en juego el tranhumanismo, movimiento impulsado por Nick Bostrom, quien afirma que es deber moral de los seres humanos mejorarse psicológicamente y físicamente aplicando las tecnologías y la ciencia a su favor, de manera que se puedan eliminar todos aquellos aspectos indeseados como la enfermedad, el sufrimiento, el envejecimiento e incluso la muerte.(iv) Aplicado a la corriente posgenerista, la eliminación del genero supondría una abolición de las características propias de cada sexo a fin de permitir el desarrollo de una sociedad equitativa.
Nuestro punto de vista frente a estas corrientes ideológicas es la concordancia al trasfondo de lo que el transhumanismo y posgenerismo buscan, en lograr una igualdad para una sociedad que tiene los roles de hombres y mujeres tan marcados y segregados y en la abolición del género como agente causante de estas divisiones sociales.
Entendiendo el género como “los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres”(v), sostenemos que son estas consideraciones las que forman una sociedad divergente y que promueven la estipulación de roles determinados y específicos para hombres y mujeres. Creemos que el género es una limitación arbitraria e innecesaria del potencial humano y que este no ayuda a que cada individuo miembro de una comunidad pueda desarrollarse de la manera más óptima posible.
Por lo general, y sobre todo en el siglo XXI en donde el feminismo se ha manifestado de manera fuerte y ha tomado cada vez más valor y relevancia, la igualdad de género se asocia a la lucha de la mujer por llegar a poseer igualdad de condiciones que el hombre en ámbitos como lo legal, laboral, económico, entre otros. Sin embargo, cabe destacar que la imposición de roles sociales es perjudicial tanto para hombres como para mujeres. «Hablar de mujer desde una perspectiva de género, es referirnos a una historia de supeditación que nace con la implantación del patriarcado en las comunidades primitivas y no ha dejado de ser así en las comunidades contemporáneas. Sin embargo, esta diferenciación de normas y valores no afecta solo a la mujer, ya que el hombre también es víctima de las expectativas sociales que se tienen sobre su comportamiento y desempeño, del cual se espera siempre fortaleza, valentía, control emocional e independencia, entre otras cosas”.(vi)
Defendemos la conformación de una sociedad en donde se catalogue a cada individuo por su esencia, y que desde ahí, considerando las virtudes y debilidades personales, se le recomiende un rol, pero que este no se vea influenciado por lo que la historia y cultura ha decidido anteriormente para cada género.
Por otro lado, no consideramos que para eliminar los estereotipos presentes hasta hoy respecto al rol del hombre y la mujer, circunscritos dentro de un concepto de género binarista, es necesaria la intervención anatómica y fisiológica del cuerpo humano. El posgenerismo busca la aplicación de la neurotecnología, la biotecnología y las tecnologías reproductivas, buscando como objetivo el perfeccionamiento del ser humano. Estamos a favor de la evolución del ser humano, pero no en el abuso de la ciencia y los avances tecnológicos para la formación de un «súper humano» y la eliminación del concepto de hombre y mujer, ya que creemos que de esta manera habría una pérdida de identidad que el ser humano necesita para definirse a sí mismo, dejando de lado lo que el género estipula.
Se puede lograr la abolición del género, generando una evolución y cambio de mentalidad del ser humano, así como ha ocurrido a lo largo de la historia y afirmamos que esta revolución ya ha comenzado y está cada vez tomando más peso, sin embargo no consideramos que esta debiera incluir la modificación del cuerpo humano, sino más bien que se puede sacar potencial de estas diferencias logrando un complemento que logre en suma una mejor sociedad.
A modo de conclusión, el transhumanismo y posgenerismo en conjunto son corrientes filosóficas que buscan la abolición del género mediante prácticas científicas para lograr sacar el mejor potencial del ser humano. Apoyamos la abolición del género como construcción social que genera la estipulación de roles específicos para hombres y mujeres, sin embargo no en la abolición del sexo genético por modificación genética. Afirmamos que el problema radica en lo que la sociedad ha estipulado y no en la conformación del cuerpo humano del hombre y la mujer.