POR BENJAMÍN RAMOS TOLEDO, ALUMNO DE ODONTOLOGÍA UFT, SEGUNDO AÑO.
En Chile desde marzo del 2020 debido a la pandemia a causa del virus Sars-Cov-2 nos hemos visto obligados a tomar medidas de seguridad y de protección para todos los integrantes de nuestras familias (1). La situación ha llevado a estados de cuarentena en todo el gran Santiago y a lo largo de Chile, produciéndose un estado de incertidumbre no exento de miedos: la inestabilidad laboral, recesión económica, pérdida del año escolar o universitario, soledad y, especialmente, el miedo a la enfermedad.
Estos miedos cruzan todos los rangos etarios y sociales, tanto como en niños y el no entendimiento de lo que sucede; en los jóvenes y adultos que ven sus vidas estancadas y los adultos mayores quienes han sido realmente los más afectados en tiempos de pandemia.
La soledad, el abandono e invisibilidad en que se han encontrado los adultos mayores durante la cuarentena han traído graves consecuencias tanto en su salud física como mental. Aquí es donde nos planteamos si realmente tenemos un trato ético hacia los adultos mayores, ¿podría estar bien el encierro, teniendo en cuenta que son el grupo de riesgo más vulnerable? El trato ético a los adultos mayores se ha visto fuertemente disminuido, y la cuarentena ha dejado al descubierto que esta medida de seguridad para la población más vulnerable sólo se tradujo en más enfermedades, como cardiovasculares, pérdida del gusto de vivir, depresión, entre otros.
Por otro lado, ¿es ético no permitir visitas de familiares, sabiendo las repercusiones que puede traer esto, no solo con temas alusivos al Covid-19?
El sentimiento de abandono se hace grande en los adultos mayores que se ven abandonados socialmente por su familia y dentro de las grandes repercusiones que tiene el sentimiento de abandono constante es una potencial depresión. ¿Podríamos estar tomando medidas adecuadas si traen consecuencias? ¿Será el remedio peor que la enfermedad?
El impacto del envejecimiento y la soledad son realidades indiscutibles, en el año 1990 se estimaba que en el planeta había 500 millones de personas mayores 60, en el 2015 contamos con 900 millones de personas mayores de 60 años; para el 2050 se esperaría a mas de 2.100 millones mayores de esta edad.
Si llevamos esto ahora, a la cantidad de personas que sufren de soledad y/o que viven solas, los adultos mayores se llevan un 13% del total de su rango etario en el 2017, 2% mas que en el 2013. Si extrapolamos esta información, se puede hablar de que, debido al aumento del envejecimiento, las personas mayores que vivirán solas también se vera aumentado exponencialmente, aumentando consigo el sentimiento de soledad y abandono. (2)
Cuando hablamos de depresión nos referimos a la sensación o sentimientos de tristeza, melancolía, frustración y desolación en una persona (3). Los estados depresivos pueden desarrollarse en cualquier etapa de nuestras vidas, pero, hay que considerar que estos también tienen factores de riesgo que predisponen o hacen más susceptible a una persona a padecer estas sensaciones.
En la depresión influyen factores de riesgo, estos son comportamientos o exposiciones asociados a una enfermedad particular, pueden ser genéticos, ambientales, sociales, psicológicos, etc. El aislamiento social impactó fuertemente las causas ambientales, sociales y psicológicas que determinan una depresión. Así la persona, un ser sociable por naturaleza, es dejada sin redes de contacto y de apoyo, alterando radicalmente su rutina y modos de vida. Esto es clave para entender que están pasando los adultos mayores en tiempos de pandemia ya que la mayoría de las condiciones de vida se ven limitadas para proteger su salud (4).
Los adultos mayores se encuentran dentro de la población de riesgo frente al virus Sars-Cov-2, por ende, el gobierno de Chile decretó que personas mayores de 75 años o más no pueden salir de sus viviendas a actividades como la compra de insumos básicos, alimentos y/o medicamentos, dejándoles permiso ciertos días de la semana y en un horario determinado para que pudiesen salir a caminar a no más de 200 metros de sus viviendas.
Tras esta medida implementada, los adultos mayores comenzaron a ver los drásticos cambios que tenían sus vidas. Su espacio demográfico, en donde podían moverse físicamente, se vio fuertemente reducido al igual que sus actividades físicas, que quedaron solamente en una salida periódica (5).
El impacto físico y mental que experimentan los adultos mayores encerrados se traduce en una descalcificación ósea, lo que se manifiesta en huesos y articulaciones más frágiles; aumento del riesgo de accidentes cerebrovasculares, trastornos de ánimo, depresión, estrés, también existe pérdida de masa muscular debido al no ejercicio y problemas metabólicos (6,7).
El adulto mayor, además, debido a su vejez comienza frecuentemente a tener problemas de salud, lo que se traduce en altos costos de insumos médicos, por lo que aquellos quienes salían a trabajar para subsistir quedaron sin fuente laboral, sin ingresos y por consiguiente muchas veces sin sus medicamentos. (incertidumbre laboral y económica aumenta el factor de riesgo de depresión). Si esto lo sumamos al encierro que viven, y también al aislamiento social producto de sus familias por su cuidado se observa que los adultos mayores tienen el estilo de vida apto para desarrollar una depresión (2).
Concluyendo con lo expuesto anteriormente, las medidas tomadas por el gobierno de Chile se hicieron sin tomar en cuenta a la población mayor, ni tampoco lo que conlleva estar encerrado en una cuarentena indefinida.
La salud mental debió haber sido uno de los grandes puntos a tomar en consideración, ya que la relación con el adulto mayor fue la más afectada; no se podían visitar con la misma frecuencia, no pueden salir recrearse, se vieron dentro de una burbuja la cual al parecer era buena, resultando ser una desgracia.
Por último, se debe considerar que hay adultos mayores que se encuentran dentro de los sectores sociales más vulnerables, debido a sus pensiones precarias y falta de trabajo, quienes fueron a esperar su muerte en este encierro. ¿Fue realmente una buena medida? o ¿solo había que manejar mejor las medidas de seguridad para no tener en el abandono a la población mayor?
Referencias:
- COVID-19: Información actualizada y medidas preventivas Disponible en: https://www.isl.gob.cl/2020/03/27/covid-19-informacion-actualizada-y-medidas-preventivas/
- Soledad en la tercera edad: una respuesta institucional. Disponible en: http://ideapais.cl/wp-content/uploads/2019/01/Informe_vejez_.pdf
- American psychiatric Association. Depressive disorders. In: American psychiatric association. Diagnostic and Statistical Manual Of Mental Disorders. 5th ed. Arlington, VA: American psychiatric publishing. 2013: 155-188
- Calderom M Diego. Epidemiología de la depresión en el adulto mayor. Rev Med Hered [Internet]. 2018 Jul [citado 2020 sep 12] ; 29 (3): 182-191. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1018-130X2018000300009&lng=es.
- “Estrategia gradual paso a paso”, Disponible en: https://www.gob.cl/coronavirus/pasoapaso
- ¿Los efectos de la pandemia en adultos mayores ¿cual es el impacto físico y mental que experimentan al estar encerrados? Disponible en: https://www.emol.com/noticias/Tendencias/2020/09/01/996608/Efectos-pandemia-en-adultos.html#
- ROMERO CARLOS E. Depresión y enfermedad cardiovascular. Rev.Urug.Cardiol. [Internet]. 2007 Sep [citado 2020 Oct 27] ; 22( 2 ): 92-109. Disponible en: http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-04202007000200004&lng=es.
- Imagen 1: Soledad en la tercera edad: una respuesta institucional. Disponible en: http://ideapais.cl/wp-content/uploads/2019/01/Informe_vejez_.pdfImagen: https://www.abc.es/familia/mayores/abci-soledad-viven-personas-mayores-tipo-maltrato-201811291712_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F