POR CATALINA SABAT MISLE, ESTUDIANTE DE ENFERMERÍA, U. FINIS TERRAE.
Los métodos anticonceptivos hoy en día adquieren una gran relevancia tanto para la población femenina como masculina, esto debido a su acción espermicida o inhibidor de la ovulación que impide embarazos. También porque dependiendo del tipo de anticonceptivo que se utilice, se puede impedir el contagio de enfermedades sexuales y por su efecto hormonal en el tratamiento de hiperandrogenismo como lo es el Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP), en las mujeres. Si bien existen muchos métodos anticonceptivos dentro de los que encontramos una gran variedad dependiendo cual sea su forma de administración o el componente hormonal que presente (estrógeno y progesterona, progestágeno solo) (1). Uno de los métodos más utilizados por las mujeres son los anticonceptivos orales (AO), especialmente en la población entre los 18 y los 30 años de edad, con 51,5% de la población femenina (2), con una eficacia de 0,1 embarazos por cada cien mujeres en el primer año usando anticonceptivos orales combinados (ACO) y los de progestágeno solo de un 0,5% de 100 mujeres al año (1).
¿Qué son los métodos anticonceptivos y cuáles existen? Es una pregunta quizás muy simple, pero a la vez difícil de comprender porque para muchos será una forma de no embarazarse, pero ¿cuánto sabemos en realidad? en primer lugar hay que saber que los anticonceptivos son un método o procedimiento para prevenir embarazos ya sean las mujeres o sus parejas quienes los ocupen; pero también pueden actuar como una barrera de protección. Existen muchos tipos dependiendo de su eficacia, la forma de uso (oral, inyección, parches, anillos, condones, DIU, etc.), si protegen o no de Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) y la hormona que tengan (sabemos que se componen de estrógeno y/o progesterona que son hormonas que pueden actuar sobre los ovarios, útero, endometrio y mamas, pues estos presentan receptores contra estas hormonas (3)).
Cómo mencioné anteriormente, existen diversos métodos, pero no sólo es necesario identificar sus beneficios, sino que es importante identificar como afectan a la salud de las mujeres. El método natural, pese a que no genera efectos secundarios y no tener costos, no es muy recomendable, su eficacia no supera el 75% y no protege de ETS. Los inyectables tienen tanto beneficios como perjuicios para la salud, los principales beneficios que tiene es que elimina el riesgo de olvido en comparación con las pastillas; además, la inyección anticonceptiva reduce el acné, los dolores menstruales, el sangrado de la regla, etc, pero los perjuicios que tiene es que tampoco protegen contra ETS, puede generar sangrado irregular, dolores de cabeza, náuseas, aumento de peso o sensibilidad en los senos. Los parches son colocados en diferentes zonas de la piel como glúteos, abdomen o en los brazos y van liberando continuamente dosis de hormonas y deben ser cambiados una vez a la semana; dentro de los efectos que genera se encuentran los mismos que las píldoras, pero a la vez se suman que no protegen contra ETS, puede generar sangrados leves entre periodos al inicio de su uso, irrita la piel, se puede desprender el parche, no se recomienda su uso en mujeres mayores de 35 años y su efectividad disminuye en mujeres con peso superior a los 90 kg. El Dispositivo Intra Uterino (DIU) se caracteriza por tener una forma de T e ir liberando hormonas, tiene como beneficio que dura 5 años posterior a su implantación por el médico, pero como desventaja no protege contra ETS, la inserción suele ser dolorosa, puede causar calambres y dolores de espalda, ocasiona periodos irregulares y dolorosos, puede ocasionar embarazo ectópico, tiene un alto costo y puede generar una inflamación pélvica e inflamación del cuello uterino. Las pastillas tienen muchos beneficios como el que impiden la ovulación, alteran el endometrio y el moco cervical, evitando que el útero se prepare para la implantación embrionaria, además ayudan a controlar las
hemorragias vaginales causadas por la menstruación y sirven para el tratamiento de enfermedades como la endometriosis; dentro de los contras que trae este método está que son de uso diario, aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares (dependiendo del componente de la pastilla), pueden generar cambios de peso, aumento y sensibilidad de las mamas, aparición de celulitis, pesadez, depresión, no protege de ETS y requieren control médico. El implante tiene como ventaja que puede durar entre 3 a 5 años, regula la menstruación, disminuye los dolores y reduce los sangrados, en contra tiene que no protege contra ETS, puede causar malestares, cambios en la menstruación como generar amenorrea (ausencia de menstruación), aumenta el riesgo de SOP, disminuye el deseo sexual, genera mareos, dolores de cabeza, cambios anímicos, dolores en las mamas, sequedad vaginal y aumento de peso. Métodos de barreras tiene como ventaja que solo es necesario utilizarlos durante la relación sexual, no requieren control médico, no presentan efectos secundarios y pueden ser utilizados en periodo de embarazo y lactancia. (4)
Según un estudio realizado, el 51,5 % de las mujeres entre 18 y 30 años prefiere los AO, mientras que entre los 46 y 55 años predomina el uso de DIU con un 25,8% y las mujeres mayores a los 56 años prefieren la esterilización con un 39,9%. ¿Pero a qué se debe a que la población más joven prefiera el uso de AO? Según el índice de Pearl que evalúa la eficacia de los métodos anticonceptivos, en un año demostró que, si se usan de manera correcta y consistente los ACO, el riesgo de embarazo es de un 0,1% al igual que los inyectables combinados, mientras que los inyectables de progestágeno sólo tienen un riesgo de embarazo de un 0,3%, el DIU de un 0,6%, el condón masculino de un 2% y el femenino de un 5%. (2)
¿Cómo repercuten en la salud de la mujer el uso de los anticonceptivos combinados? Me centro en los anticonceptivos combinados debido a que la mayoría de los anticonceptivos (anillo, implante, inyectable prolongado, pastillas) son sólo de progestágeno, mientras que en los combinados contienen estrógeno, un procoagulante, lo cual aumenta el riesgo de algunas complicaciones cardiovasculares como son la Trombosis Venosa Profunda (TVP) que afecta a las extremidades, el Tromboembolismo Pulmonar (TEP) y el infarto miocárdico y, a su vez, son un factor de riesgo de generar hipertensión o de tener cáncer de mamas o cervicouterino (5 y 6).
Un estudio a 150.000 mujeres demostró que aumenta en un 7% la prevalencia de tener cáncer de senos si alguna vez se usó AO, y si todavía se usan, aumenta en un 24%. Según un estudio danés realizado en el 2017, manifestó que las mujeres que usan o usaron ACO tienen un aumento de un 20% de riesgo, en comparación a mujeres que nunca han usado anticonceptivos orales y, que ese riesgo varía entre un 0% y un 60% dependiendo del ACO que usen y de la periodicidad en la que lo usen. Los ACO pueden aumentar la probabilidad de tener cáncer cervicouterino o de cuello uterino dependiendo del tiempo de uso, aumenta en un 10% el riesgo si se usa por menos de 5 años y un 60% entre 5 a 9 años, se duplica el riesgo si excede los 10 años de uso (7).
Entonces, si lo pensamos bien, los ACO pueden tener muchos beneficios, pero también pueden aumentar el riesgo de padecer patologías, por lo que siempre que una persona vaya a iniciar un tratamiento con cualquiera de los diversos tipos de anticonceptivos que existen, lo primero y más importante es acudir a un ginecólogo para que él o ella orienten en el mejor tratamiento dependiendo de la situación en la que los quiera usar la persona, su condición de salud, antecedentes familiares (porque si la familia directa padeció de cáncer o de otra enfermedad, aumenta el riesgo de padecer la misma enfermedad), hábitos y recursos a los que se pueda acceder.
Desde una perspectiva más histórica, los anticonceptivos en sus inicios -1951- fueron creados para corregir los ciclos menstruales irregulares, pero pronto cambió de connotación y se comercializó como un anticonceptivo. Es a partir de esto que lo que era sexualidad y procreación se separaron y se le comenzó a dar una mayor connotación al ámbito sexual. Es a partir de este hito, que comienzan los movimientos feministas y se le da más relevancia a la mujer, es por ello que en 1975 la Organización de Naciones Unidas (ONU), organiza la primera reunión de mujeres para abordar la igualdad y la participación de ellas en actividades políticas, económicas, sociales y culturales. A su vez, mencionar que con la llegada de la “píldora” muchas mujeres han pospuesto la maternidad para enfocarse más a la vida sociolaboral, lo cual ha llevado a una lucha contra el sexo masculino por mayor poder y éxito en el ámbito laboral. Los efectos secundarios existieron desde sus inicios, destacando como el principal el riesgo de producir trombos, además del riesgo asociado a AO de generar cáncer de mamas y endometrio. (8) Desde la perspectiva antropológica, la promoción de los anticonceptivos sin acompañarla de una formación afectiva integral, es simplemente para evitar lo que se considera como problema: la concepción y la enfermedad, sin comprender el sentido profundo de la sexualidad humana.
Para cerrar el artículo invocaría la importancia de que los usuarios, pero sobre todo las usuarias de métodos anticonceptivos, sin importar el motivo por el que requieran o quieran usarlos, a que cuenten con la información completa respecto al método anticonceptivo que les interesa usar, no sólo centrarse en la efectividad de los métodos para evitar el embarazo, sino en los efectos que pueden generar sobre la salud (tanto reproductiva, como mental, cardiovascular, a nivel metabólico, etc) y que son poco difundidos. No basta con que sean mencionados en los prospectos que traen todas las cajas en que vienen los medicamentos que la gran mayoría no lo lee, sino que es responsabilidad de los profesionales de la salud (no sólo médicos ginecólogos, también por enfermeros, matronas o cualquier profesional que cuente con el conocimiento) entregar la información completa. Esto es una exigencia del principio de autonomía, como respecto a la libertad de las personas.
Referencias
- Torres. M, (2022). Métodos de Planificación Familiar. Recuperado de: https://efinis.uft.cl/main/document/showinframes.php?cidReq=2226216&id_ses%20sion
=0&gidReq=0&gradebook=0&origin=&id=992745
- Carvajal. J, (2023). XIV Edición Manual de Obstetricia y Ginecología. Universidad Católica, Recuperado de: https://medicina.uc.cl/wp-content/uploads/2023/03/Manual- Obstetricia-y-Ginecologia-2023-FINAL_compressed.pdf Pág. 715-717
- Montes. L, (2022). Anticonceptivos orales y el riesgo de cáncer Revisión Sistemática . Recuperado de: https://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/200926/TFG_2022_Montes_Garc%C3%A
Da_Laura.pdf?sequence=1&isAllowed=y
- Gómez MB, Navarro JR, Romero ES, Fernández-Sanguino A, Gutiérrez SA, Salvador Z. Los métodos anticonceptivos: tipos, eficacia, riesgos y precios [Internet]. Reproducción Asistida ORG. 2023 [citado el 23 de septiembre de 2023]. Disponible en: https://www.reproduccionasistida.org/metodos-anticonceptivos/
- Pizzi. R, (2014). Anticonceptivos orales y tromboembolismo venoso: la controversia de los progestágenos. Revista Obstétrica y Ginecológica Venez. vol.74 no.3 Recuperado de: http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0048-77322014000300001
- Gómez-Tabares, G. (2020). Complicaciones provocadas por los anticonceptivos orales combinados. Eventos tromboembólicos. Recuperado de: https://www.medigraphic.com/pdfs/ginobsmex/gom-2020/goms201o.pdf
- Píldoras anticonceptivas y el riesgo de cáncer. (2018, 22 febrero). Instituto Nacional del Cáncer. Recuperado de: https://www.cancer.gov/espanol/cancer/causas- prevencion/riesgo/hormonas/hoja-informativa-pildoras-anticonceptivas
- Cardona, D. (2014). Vista de mujeres y anticonceptivos, ¿liberación femenina? Persona y Bioética. Recuperado 26 de octubre de 2023, de https://personaybioetica.unisabana.edu.co/index.php/personaybioetica/article/view/3733/pdf